De Manuela –
¿Se puede estudiar una oposición desde casa?
Antes de daros mi opinión podríamos hacer una breve reflexión sobre el proceso de estudio de una oposición a lo largo de los últimos años. Las primeras oposiciones de la administración pública crearon la necesidad de prepararse algo para lo que no había competencia ni tampoco mercado, por lo que los opositores se preparaban en casa, generalmente comprando un temario y estudiando a base de esfuerzo personal. Pronto comienzan a aparecer entidades destinadas a ayudar al opositor en su proceso de preparación en forma de preparadores, academias, centros, persistiendo hoy día y conviviendo con grandes franquicias, marcas, empresas de formación… Independientemente del valor comercial u oportunidad de negocio que suponen los procesos de oposición para estos centros, se puede casi afirmar que actualmente dichos procesos son extremadamente competitivos, complejos y con unos requerimientos de esfuerzos y recursos que preparar que hacen muy difícil la preparación desde casa sin la ayuda de profesores que faciliten el arduo camino.
La aparición y el desarrollo de internet impregnó, no podría ser de otro modo, la formación a todos los niveles, apareciendo plataformas elearning, cursos a distancia, formación online… que han dado soluciones a todas aquellas personas que tenían la oportunidad de optar por estas modalidades.
La situación actual producida por la pandemia ha forzado de manera inevitable el teletrabajo, la teleformación, el teleaprendizaje, y ha confinado a miles de personas que de una manera u otra han visto sus posibilidades de estudio truncadas de una u otra forma, por lo que han tenido que buscar cómo sobrevivir en este ambiente tan poco favorecedor. Es ahora cuando los formadores tienen que acercarse a sus alumnos, redoblar esfuerzos, esforzarse en recursos nuevos, poder relacionarse unos y otros de otra forma. ¿SE PUEDE?
La respuesta es SÍ, pero no olvidemos que presencial no es igual a online, en vivo, en directo… como queramos llamarlo, pero podemos vernos, preguntar a nuestra profesora, preguntar a nuestros compañeros, compartir nuestras dudas, tener nuestro grupo.
En mi centro, mi academia, puedo seguir disfrutando de dar clase, ver a mis alumnos, hablar con ellos y sobre todo enseñar y comprobar su nivel de aprendizaje. Trabajamos en presencial, pero también con clases en directo para aquellos que no pueden venir al centro. Su respuesta, la de todos, es del todo positiva. Seguro que podemos y debemos seguir mejorando pero el camino está abierto para seguir recorriéndolo.